14.11.06

evanescencia

Hoy toqué, con mis palabras – improvisadas y densas, casi en mitad de la calle y de la conversación, cerca del atardecer – el alma de una muchacha (el alma: me niego a rebajar mi lenguaje a la mitología moderna y decir – por ejemplo – “la conciencia de una muchacha”). Fue un instante (furtivo furtivo episodio lumínico, un rayo metafísico en el tiempo de un parpadeo), pero sentí que haber salido de mi casa (la monotonía de las paredes cada vez más grises, los souvenires del pasado que no me atrevo a quemar) se justificaba. Ver la inflexión de su rostro la calma trastabillando el repentino proceso de extrañamiento el ingreso brusco en el revés de las apariencias la máscara resquebrajada revelando los rasgos bellísimos de una niña perdida y desolada su boca entreabierta incapaz de hacer pie (todo su lenguaje roto, estéril) (encima: con lo que a mí me fascina la soledad en la mujer, la tristeza). Dejó en mí una impresión profunda -la sensación de algo: algo trascendente (en fin: algo) – (como de haber pulsado un cartílago de la música secreta del universo: dos notas armónicas que se encontraban en medio del bullicio de las avenidas las máquinas la ciudad barata orfebrería). Estaban afónicas mis potencias proféticas (meses de aridez, de lejanía; meses de silencio: abdicando de la vida y de los otros, saltando de texto en texto – protegido por las ficciones - como quien huye cruzando un campo minado) y su conmoción (la presencia violenta de su vulnerabilidad, el destello incandescente de su inocencia surgiendo entre los escombros diurnos de lo rituales gestos civilizados) ante el único instrumento que sé tocar (la cavernosa verborragia de mi soledad: el único, y desparejo, espectáculo que puedo dar; allí donde me retuerzo las venas en mil morisquetas verbales, allí donde exhibo la sangre de la oscuridad con todos los lujos de la prosa) resignificó un poco la disposición de mis sombras, mi ánimo aparcado en la angustia; y no fue solamente vanidad: fue -¡también! – el signo de que, por algún fortuito accidente, por alguna casualidad de los vientos, los velos, las máscaras, los caparazones pueden derrumbarse (al menos agrietarse hasta ofrecer una hendidura – un pasaje (efímero; ¡qué importa!, un tímido conducto) y que la prisión de la piel ceda su imperio para que el milagro del contacto (un milagro muy raro) acontezca, y alivie con su paso (brevísimo: casi no ocupa espacio en el tiempo sucesivo; que ¡menos mal! es de los tiempos el menos habitado) las llagas las llagas que la perseverancia melancólica de Lo Real hundió en lo más callado de mi deseo desierto, harto de ansia, errante entre las ruinas de un cuerpo hecho de nostalgias de lo que no ha sido, y para las lágrimas (la tinta de mi lapicera) de lo que tuvo que ser, vanamente. Hoy toqué, con mis palabras, el alma de una muchacha: hermética como era se abrió ante mí en un maravilloso desconcierto. Es una cosa fugitiva (lo que dura una ilusión antes de volverse condena); pero tiene algo de comunión, algo que redime: me deja creer que tengo un alma (como se le deja creer a un niño en la magia) y que todos los desasosiegos que empleé en labrarla no fueron totalmente estériles – no fueron solamente literatura -.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

pasé ante ayer y leí este texto. también pasé ayer y tuve que leerlo de nuevo, y hoy, cuando pasé, me apresó nuevamente. siempre leo tu blog, y suele parecerme impresionante, de una intimidad demoledora. pero no sé cómo dejar mensajes, y por eso este es el primero que te dejo y es solamente para decirte que es raro que un texto como este no tenga comentarios, que nadie se haya detenido a decir algo porque la verdad es hermoso.
Valeria

Anónimo dijo...

la belleza es inasible...le tememos.
en este blog es imposible comentar...porque deja ecos dentro, que secuestran las palabras.

Anónimo dijo...

Sí, dejan ecos, más que ecos diría que son emosiones que se chocan entre ellas y explotan; Y a cada roce se multiplican.

Y con o sin su consentimiento he de llevarme este trocito de alma

"ante el único instrumento que sé tocar (la cavernosa verborragia de mi soledad: el único, y desparejo, espectáculo que puedo dar; allí donde me retuerzo las venas en mil morisquetas verbales, allí donde exhibo la sangre de la oscuridad con todos los lujos de la prosa) resignificó un poco la disposición de mis sombras, mi ánimo aparcado en la angustia; y no fue solamente vanidad: fue -¡también! – el signo de que, por algún fortuito accidente, por alguna casualidad de los vientos, los velos, las máscaras, los caparazones pueden derrumbarse (al menos agrietarse hasta ofrecer una hendidura – un pasaje (efímero; ¡qué importa!, un tímido conducto) y que la prisión de la piel ceda su imperio para que el milagro del contacto (un milagro muy raro) acontezca, y alivie con su paso"

pues verá usted pequeño gran poeta que de esas cosas esta llena la mochila que llevo en mis hombros.

beso salado

Anónimo dijo...

laveron que mierda te fumas vos cuando escribis? aflojale al paco loca estas mal... jejej espero que tu hijo ande bien despues de los tratamientos que me dijiste que le das.
saludos a todos.

Debret Viana dijo...

gracias, valeria, por las relecturas: ya es mucho saber que alguien lee. En cuanto a los comentarios, no sabría qué decirte: sólo que desconfío en los casos en que hay muchos.

laveron: epa!

laura: es precioso saber que alguien ha recogido esas palabras, las ha respirado.

marujita: espero que tu presencia en este blog se haya traspapelado.

Anónimo dijo...

no se que es lo que buscan esas niñas al leer este blog poetico, pero la verdad su prosa sr viana se esta poniendo al paso del tiempo un poco preciosista y rebuscada (tiene un tufo a falsedad). no intento hacer una critica, su literatura es prometedora pero por ej este texto es falso, cursi, es mas diría rosa. perdon, pero prefiero el viana de los cuentos fantasticos y no este lloron

Debret Viana dijo...

1 no hay necesidad de anonimato: responder anónimos es una tarea cansadora e innoble.

2 estimo que mi prosa siempre ha sido preciosista. en cuanto a su falsedad, he de recordar que toda forma de arte es una impostura (aun cuando revele las fibras más íntimas del yo). sí he de convenir que este texto es cursi, y que yo mismo prefiero, por mucho, el Debret de los cuentos. Pero sucede que este es un blog: es decir una suerte de diario, de recinto residual de prosas y ejercicios. por tanto, no puede haber cuentos solamente, sino que, de cuando en cuando, habrá prosa suelta, y tíbios experimientos como este. y habrá de días más alegres que otros, y otros muy llorones como este. Verá, señor anónimo, le confieso que el resultado de los usos del paréntesis en este breve texto no me decepciona nada. Un escritor debe escribir: muchas veces su prosa es un ejercicio (footing) para no perder el ritmo o para entrometerse en nuevas texturas o voces para luego utilizar. Y como aquí entra todo, tiene que haber cosas rosas como esta.
Es factible que yo prefiera escribir siempre relatos. Pero creo que Infimos Urbanos se define más por este tipo de prosa fragmentaria: los relatos pertencen a mi libro de relatos, en cambio Infimos es esta disparidad de fragmentos. Comprendo que desagrade: noviembre nunca es para mí un mes apacible.
un saludo

Debret Viana dijo...

aclaro: Debret Viana sabe muy bien que todo lo que tiene es SOLAMENTE "literatura". No tiene derecho a nada más.

Debret Viana dijo...

uff: segunda aclaración: el texto es demasiado sincero: ese es un mayor defecto. fue un intervalo autobiográfico desfigurado por la prosa ecléctica. si fuese enteramente falso, funcionaría. pero, como realmente me pasó, es tonto, inverosímil.

Anónimo dijo...

Considero que su prosa no intenta ser preciosista, sus mejores relatos surgen de por sí, la preciosidad de un texto estriba justamente en adornar aquello que no debe ser un adorno, es el estilo falso. justamente el estilo es aquel que se manifiesta sin mas, no debemos cuidar la palabra (existe demasiada literatura CUIDADA!)En cuanto a la sinceridad del texto no estoy de acuerdo, precisamente porque no es sincero (no intento hacer una critica freudiana, dios me libre) surge falso, rebuscado, diría "fugado".
perdon por la critica.

pd. no puedo dejar de firmar como anonimo ya que eso soy ¿O acaso usted me conoce?

Debret Viana dijo...

1 ¿acaso no todo es adorno? ¿acaso la literatura no es, en el mejor de los casos, un instrumento decorativo con el cual nos intentamos distraer del desamparo del universo, en fin, de nosotros mismos?

2 existe también demasiada literatura descuidada: mera reacción ante la literatura "cuidada" que se contenta simplemente con ejercer la desprolijidad, y no de ponerla al servicio de una idea estética.

3 creo que, en todo caso, es tan sincero que teme develar demasiado, tiene miedo de ser comprendido y por eso da vueltas, refugiandose en un objeto críptico.

4 no hay nada que disculpar. ojalá cada post recibiese una crítica.

pd: lo que se reclama es la ilusión de una subjetividad, la falsa promesa de un nombre, y no el refugio en la apariencia del gentío.