27.11.06

la cuerdas, horizontes del silencio


Capítulo XV: Afinación de la guitarra


Tómese la guitarra y afínesela del siguiente modo: la primera cuerda será un mi, la segunda un si, y luego un sol, un re, un la, y un mi.
Ahora deje la guitarra y salga a la calle. Empiece a mirar las cosas que suceden y trate de hallar un significado o una emoción en ellas. Hágase contar algunas historias del pasado. Después, enamórese. Incurre en ilusiones, padezca desengaños. Si se actúa con paciencia, no tardará en llegar la soledad y la melancolía. No se apresure. Al principio será un poco difícil, pero al cabo de un número indeterminado de años, se estará en condiciones de pasar al ejercicio siguiente.


Capítulo XVI: Ejercicio siguiente


Cumplido el ejercicio anterior, vuelva donde dejó la guitarra, revise la afinación y con los dedos índice y mayor toque la cuerdas al aire hasta que se pudra.



del Tratado de Música y Afines
de Ives Castagnino





/.:./

acaso alguna musa perdida no conceda, en el error de la madrugada, una melodía como esta:

Tristeza - Vinicius de Moraes / Toquinho

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

...y sin embargo las guitarras lo acompañan con una carga de melancolía vital. Supongo que serán las palmeras.

Anónimo dijo...

bello

Debret Viana dijo...

laveron: no creo que supongas mal.

__

laura: d´accord.

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Ah, las musas y las guitarras. Yo tengo una musa bebé. ´

...


Hermosura por hermosura, eh, aún cuando la guitarra fenezca...