1.5.07

márgenes de la escritura


Rousseau escribe, en los últimos meses de su vida las Reflexiones de un paseante solitario. El texto tiene una extraña lucidez que no dista del patetismo. En un momento, dice que la escritura es la “duplicación de la existencia”.

Supongo que una época iluminista podía permitirse esa ciega fe en un acto que aparentaba trabajar el razonamiento hasta volverlo palabra. Recuerdo a Blanchot, que se preguntaba: ¿es seguro que la literatura no trabaje para el mal? No sabemos responder. Graham Greene, por otra parte, se pregunta: ¿cómo es posible que alguien viva sin escribir? Yo me pregunto: ¿cómo es posible que alguien viva, si escribe? ¿Es pensable la escritura sino como una disfunción, una manera de no entender el circuito de la vida, de no darse al flujo ritual de las cosas inertes? No sé y no sé. Básteme decirle a Rousseau: No, no es la duplicación de la existencia, es la malversación de la existencia.
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Ah, la escritura... esa manera de discutir con los muertos, con los lejanos; y de ajustar cuentas con la realidad sin pagar el precio de ser real.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

esto no tiene relaciòn con el post, pero hace algunas noches en la que estaba sonando que viniera en Buenos Aires y como no encontraba un hotel, me quedaba por un tiempo en tù casa.
(es la pesadilla de Buràn, yo lo sé)

Anónimo dijo...

¿No puede ser acaso, la escritura, la duplicación de una existencia malversada?

Naturaleza desenfrenada (......) dijo...

Creo que la escritura es el medio por el cual intentamos ver las realidades, bastante relativas por cierto, o por lo menos intentamos perseguir la nuestra y entenderla. Pero como mencionaste Debret "sin pagar el precio de ser real", nos descontextualizamos a fin de no sentirnos responsables de lo que volcaremos en letras.
Una busqueda empecinada de la existencia y quizas si, como toda busqueda de explicacion, terminamos por malversarla. Como por ejemplo lo etsoy haciendo yo en este instante, creyendo que despues de este "silencio roto" encontrare algo productivo que me lleve a sacear, en cierta forma, mis ganas de escupir impotencias y finalizar entendiendolas.

Es bueno leerte!!

Juan dijo...

La escritura: esa cosa que se vuelve un vicio no sé muy bien por qué, y de acuerdo, tiende a malversar, incluso a torcer definitivamente la existencia.

Debret Viana dijo...

flounder: me encantaría saber de qué estás hablando; pero memoria suele ser efímera para con los datos de la realidad. pero si pasàs por buenos aires, te haré un rincón.

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mar: no. al menos yo no puedo concebirlo. la cuestión de la duplicación no puedo vincularla a la escritura, porque presupone una segunda vez, una cosa vuelta a hacer bajo los parámetros literarios. y yo creo, en cambio, que se quiera o no cada palabra cedida al papel es tomada por la energía de la ficción, que organiza una desvinculación esencial de la vida real, la vida diurna. por eso, la escritura no duplica nada: en todo caso, confirma, restituye, pervierte o, como decíamos, malversa.
salute mar.

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naturaleza desenfrenada: yo no creo que mediante la literatura pueda verse otra cosa que no sea literatura. las realidades son mitologías demasiado distantes o demasiado inmediatas como para que la literatura pueda dar cuenta de ellas. además, sería un naufragio que las literaturas nos permitiesen ver aquellos territorios de los que ellas mismas ansían escapar: sí, la literatura como fuga.
sí estamos de acuerdo con toda la búsqueda (de sentido, de relevancia, de algo, de sí, etc); por supuesto una busqueda absurda, imposible, jamás saciada y encaminada a lo largo de una senda que solo puede extraviarnos.
un saludo.
y muchas gracias.

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jota: se vuelve un vicio porque estamos desesperados.