10.12.06

remains

Al menos murió Pinochet.
Eso hace más digno al día de mi cumpleaños (casualmente, el día de los derechos humanos).


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La tv emite todo tipo de imagenes con respecto a su fallecimiento (gente alegre, gente triste, recortes de diarios de las últimas semanas, de las últimas décadas, y algunas escenas dispersas de la historia chilena) y termino viendo, en un desafortunado zapping, declaraciones de prensa de Pinochet a mediados de la década del 70. Me disculpará Pacino, pero este señor (con sus deformidades externas e internas) nació para encarnar a Ricardo III. Tal vez si lo hubiésemos subido a las tablas nos ahorrábamos los costos de la realidad.


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Cuando la tecnología me lo permita (mi pc palmó, y la página web donde almaceno canciones se niega a funcionar) habrá aquí, en lugar de esta queja, una canción (te recuerdo, Amanda) de Victor Jara.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

es la muerte de un dictador...la repetición de la historia. ya ni eso me conmueve...pues murió ileso y con las dos manos que él arrancó a otros.
la historia...fiesta repetitiva. la historia, absurda inexistencia...ficción en línea.
bah! la paradoja del día escogido quizás sea una clave que no entenderemos, como en un cuento borgeano.

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Debret Viana, tengo rezagos de imperfección extrema: amo los cumpleaños. Incluso el mío, me produce contrastes de ánimo y me animan las expresiones de afecto.

En fin, estas palabras como preludio de un abraxo (sí, con x, para que tenga otro sentido, más allá de la semántica. Sí, ríete de estas pretensiones mías)
para decirte que enhorabuena existes.
Que encontrarte en la red, ha sido una de las maravillas de esta cyberrealidad.

Y bien, un gran rizoma, es lo que inspiras.

Lo del tirano, no produjo en mí, más que un sonido extraño, una especie de gorgorito, un instante de oscuridad por lo que implica recordar lo que siginificaron los años de dictadura militar y cómo ésta se instaló, envilecida hasta lo indecible.

Bien, Debret Viana, sino vine antes fue porque cada vez que llego aquí, permanezco absorta por tu escritura, y ya no es posible más...


Hasta pronto, con música en tu espacio, espero. Me voy con la hermosa canción de Víctor Jara en los labios.

:) ¡Dos abraxos!

Debret Viana dijo...

sì, laveron; la historia todo eso y acaso bastante más profunda en su absoluta falta de significado. no hay razón para conmoverse, pero prefiero un mundo sin pinochet (y me ha salido, además, como un brote cálido y repentino, el recuerdo de Jara, que es una manera tímida de defenderse de lo real)

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rain: qué decirte muchacha; casi me hacés creer que los tristes esfuerzos de las artes valen la pena.
un abrazo.

Anónimo dijo...

uno menos....