la soledad es
saberse de memoria la arquitectura del edificio de enfrente,
y los horarios
de los camiones de basura,
de los porteros de la cuadra
y de las dos o tres ventanas que todavía tienen luz
cuando es honda la madrugada;
la soledad es
que no sea necesario salir de casa,
es conversar con mi gato
y que mi voz, al principio, me resulte ajena
es
resbalar por los 80 canales de nada
en la televisión;
la soledad es la tinta de mi lapicera,
y las decenas de cuadernos que llené
es despertar en el sofá y saber
que todas las cosas ya empezaron,
es sentir los sonidos del teléfono como el rugido
de un animal feroz y extraño;
la soledad es no saber la diferencia de los días,
es leer cartas viejas,
sí: es leer cartas viejas y que sea inútil responderlas,
es haber aprendido
los movimientos de las sombras de cada mueble de la casa,
es dejarte mensajes en el contestador,
y haber perdido la cuenta de lo cigarrillos que fumé
(la casa volviendose ceniza)
la soledad es escribir textos como éste;
es escribir palabras
con este azul lastimoso;
la soledad
es no recibir ni siquiera spam.
.
3 comentarios:
la soledad es sentarse horas infinitas a descubrir palabras entrelazadas en perdidos rincones…
la soledad es no saber la diferencia de los días (me quedo con esta frase)
No me des las gracias por leerte, he leído el blog completo, intentar cambiar el título de mi blog me dio curiosidad. Gracias por la sugerencia que ha hecho conocer tu blog.
Ya espero impaciente el siguiente texto...
un beso fuerte
la expectativa acabará por desmerecer el relato que eventualmente llegará. pero por ahora, anda trabado, y de la pluma no salen más que fragmentos inconexos.
un beso
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