16.6.05

...

Después se detiene delante del enorme espejo, sobre la repisa de la chimenea; mira su propia imagen y habla.
- Oh, aquí estás.
Lo saluda con dos dedos, guiñando un ojo. Y ríe.
- ¿Y, querido? ¿Quién de nosotros es el loco?
Alza una mano con el índice dirigido hacia su imagen, que a su vez dirige el índice contra él. Sonríe, con burla.
- Lo sé. Yo digo "tu", y tu con el dedo me señalas a mí... Sal de ahí, que tanto de tu parte como de la mía, nos conocemos muy bien los dos. ¡El problema es que los demás no te ven como te veo yo! Y, entonces, amigo mío, ¿en qué te conviertes? Me digo que aquí, enfrente de ti, me veo y me toco...tu..., según te ven los otros...¿qué te vuelves?... ¡Un fantasma, querido, un fantasma!... Sin embargo, ¿ves a estos locos? Sin prestar atención al fantasma que cada uno lleva en sí mismo, van corriendo, llenos de curiosidad, detrás del fantasma de lo ajeno. Y creen que es una cosa distinta.
Fragmento de Así es (si os parece)
Luigi Pirandello
A mí me resuenan lejanas algunas palabras de Kafka, donde los vampiros se bebían las palabras que enviamos a nuestros amantes. Cada vez que queremos perder la máscara, siempre es frente al fantasma.

No hay comentarios.: