23.1.06

anclado

Sólo después de arrojarlo todo por la borda somos capaces de ascender hacia nuestra propia nada.

Girondo
Membretes






Quedarme en casa; dormir de día; ordenar los discos y la biblioteca; ver fútbol por televisión; no tener que vestirme; merendar ocho veces al día; molestar a vecinos con el piano a deshoras; ser el mejor amigo de mi gato; no atender el teléfono; escuchar una y otra vez los discos de cuando al músico lo habían abandonado o había muerto alguien cercano, o ellos mismos se estaban muriendo, los discos malditos y traumáticos; no poder escribir sino fragmentos y fragmentos; encontrarme con recuerdos de cosas viejísimas a las que en mucho tiempo no había regresado; volver a amar y a odiar a las amantes perdidas; poner etiquetas que enumeren sus contenidos al centenar de videos vírgenes que llené en estos años; no saber cómo empezar a tener ganas de hacer algo; dormir en una cama que lleva semanas deshecha; hacer bromas con mi tristeza o con mis variadas perversiones y reírme solo para no salpicarme; usar ropa sucia; conversar imaginariamente con las personas con las que me quedan asuntos pendientes; descubrir cuales eran las exactas palabras que debí haber dicho en algún momento; comer dulce de leche del pote; no levantar las cosas que se me cayeron al piso; sentir que la vida es lo que ocurre entre masturbación y masturbación, y del lado de allá de la ventana; caminar sobre centenares de manuscritos decepcionantes; no leer periódicos ni revistas; empezar y abandonar diez libros por hora; contestarle al televisor; saberme de memoria la fachada del edificio de enfrente; en fin: cosas así. Quiero seguir haciendo cosas así.

4 comentarios:

Vanessa Alanís dijo...

jejejeje.
wow lo logramos.
congratulations

Blog de alma dijo...

Quizás es lo cotidiano lo que nos ancla.
Me encantó la cita de Girondo
;)

Debret Viana dijo...

el cootidiano, su flujo y cadencia, es un anclaje. pero decidir bajarse de la maquinaria (o no saber ya cómo continuarla: no saber cómo vivir)es otro anclaje. el primero implica la distancia con la propia alma; el segundo, la tristeza de la propia alma.

no apta para la humanidad dijo...

Muy interesante la cita de Girondo que encabeza el texto. Me gustó mucho el fluir de tu escrito...creo que a mí también me gustaría seguir haciendo cosas así.
Quería agradecer tu visita. Al parecer me aburro lo suficiente como para encontrar tu comentario...
¿Sabes? Me estuvo curioso que dieras por sentado que he leído mucho a Raymond Carver. Me da mucha vergüenza pero sólo lo conozco por reputación. Nunca he leído sus cuentos, algo que intento corregir lo más pronto posible. No sé si esto resulte decepcionante o qué, pero prefiero admitir mi ignorancia que hacerme la que sí había leído mucho del autor...
Y bueno, sobre añadirme a los links. Ningún problema...todo lo contrario, un honor puesto que me gustó mucho tu página.
Saludos desde Puerto Rico!
p.d.-¿de veras pensaste que yo era un chico? jajajajaja...bueno, al menos no hay fotos mías por ahí porque de lo contrario lo tomo personal!