21.8.10

vértigo

En las noches cursis, de rara felicidad melancólica (porque la melancolía es una felicidad) conviene no escribir nada y dejarse estar. Sino, se corre el riesgo de tolerar cosas como:

Oh puedo escribir los posts más tristes esta noche.


Ni siquiera conviene encender la pc. Y si está encendida, habría que tratar de evitar la habitación. Y si la habitación es inevitable, entonces hay que salir de la casa, meterse en peleas callejeras, conocer una mujer, huir lejos, comenzar otra vida, ser tan extraño para uno mismo que la vida anterior - esa, donde escribía blogs - sea la vaga impresión de un relato lejano que recordamos mal y nos aburre.

Los blogs son tan inmediatos que no hay instancias que filtren el paso al ridículo.

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