Es usualmente lo mismo de lo mismo, la formula reiterada hasta el hartazgo, los moldes aprendidos. El mismo estribillo, la misma cara de idiota para entonar esa voz que uniformada. Y cada tanto, aparece uno y le da un cachetazo a las reglas estipuladas, y canta la balada de nuestra biografía del otro lado de la frontera (donde ya estabamos, más solos que ahora, y sin habernos dado cuenta de que nos faltaba un idioma hasta que alguien le puso voz; en este caso, un poeta).
1 comentario:
un grande zamba
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