30.4.12
justo cuando
el colectivo
pasa
por el bar
donde tomamos
algo
la última
vez
me distraigo
y miro
a otro lado
y no veo el bar
y me doy cuenta
dos cuadras
después
y bruscamente
giro la cabeza
hacia atrás y
me lamento
como si hubiese
perdido algo
como si hubiese
cometido un
sacrilegio
pero qué?
qué?
qué es perdible
de lo que ya
no está allí?
qué esperaba
ver?
a los dos?
a ella y a
mi
sentados
en la esquina
los espectros
patéticos
que reiteran
una rutina
para el teatro
insomne de mi
melancolía?
a otros
sentados
en la misma
mesa
de los que inferiré
quien sabe
por semejanza quien
sabe por diferencia
la indiferencia de
qué destino
absurdo?
la esperanza
siempre tan confundible
con la
espera
enreda lo visible
con las alimañas
que moran
en nuestro
interior.
además,
para qué?
tengo que dejar
fríos a los objetos
fríos
y no ensañarme
con poblarlos de
fantasmas.
26.4.12
fin de libro
yo no estoy aquí.
las cavidades en el sentido. esas laceraciones por las que se entreve el lenguaje en el lenguaje, en lugar de la cosa evocada. eso es lo que llenas, lector, con los caprichos de tu memoria. el escritor ha de ser siempre solitario. el texto en que se desangra para ser amado será apenas el transporte del lector a través de sí. vos no me estas leyendo a mí. yo no tengo con qué decir yo. no importa que haya arrancado de lo más íntimo de mí cosas que después arrojé al libro. es teatro. soy mal actor porque creen que estoy actuando. me esforcé por decir cosas verdaderas entre las líneas del parlamento, pero tuve que disimular y creyeron que eran también líneas del parlamento. si yo me pegase un tiro ahora, esto se volvería un escenario. me dan ganas de pegarme un tiro para cronometrar lo que tarda la sangre derramada en desembarazarse de su tesitura ficticia.
pero no me voy a pagar un tiro, no: el muerto es el único que se pierde el espectáculo.
pero cuanto tarda el muerto en dejar de ser clown?
cuanto tarda la sangre del muerto en dejar de ser serpentina?
22.4.12
en la
noche, cuando todos
duermen,
levantate. entrá
en el baño, cerrá
la puerta (es
necesario que estés
solo). y abrí la
canilla. y escuchá.
no el grifo
no,
ni las ratas ni
los vecinos que cogen
o lloran ni la tele de la vieja sorda
del tercero c, ni los
niños hipotéticos que
lloran en algún lado ni los gatos
en celo ni el viento
entre las ramas, no; concentrate
escuchá el murmullo
del agua por las
cañerías. quedate
quieto. No te
distraigas con las
formas en los
azulejos. Prestá atención:
voces.
hay voces
que quedan
enredadas
en el agua
que corre
entre las cañerías.
parece que casi
podemos entenderlas.
pero no, hasta ahí
y no más, mejor
no. es mejor
aun no saber
qué dicen.
toda voz
nocturna nombra.
y todo nombre
es un llamamiento
y una sustitución.
mejor no.
todavía
no. si oyéramos,
tendríamos que
responder. hay una
irreversibilidad
que rasga los
velos. volvé
a la cama, hundite
en la almohada. tratá
de dormir. dormí.
19.4.12
No está en los oleos de Van Gogh la noche estrellada, latente y servil. Las partes, combinadas de cierta manera, se vuelven otra cosa. Todas las palabras de Hamlet están en el diccionario anglosajón. Y no son Hamlet. Hamlet ni siquiera es pensable desde el diccionario. A lo sumo, esas palabras, durmientes y moribundas, petrificadas en un orden alfabético, sueñan con Hamlet.
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