Estar y no estar. Tener que asistir a una cena, por un cumpleaños de un amigo, forjar la cara de persona, responder a los estímulos sociales, asentir, sonreír - puros mecanismos de evasión - y sin embargo estar lejos, prendido del influjo denso que imantaban las palabras de una mujer suspensa, en mi previsión vaga de la opacidad atractiva de los velos que la postergaban. Vértigo interior de la urgencia: querer decirle algo a su fantasma delicado, arrimar siquiera el aliento de una palabra para significarle "che, pienso en vos" pero estar aun atrapado entre las personas tristemente reales de la cena de cumpleaños de un amigo, y tener que mantener la compostura, y no asesinar a nadie, y hablar sobre Messi, sobre las elecciones, sobre el último libro de Cortázar, sobre el Bafici, sobre la feria del libro, sobre Lost, cuando todo en mi sistema biológico era el ansia por soplar esas velitas que por algún azar maligno se prenden una y otra vez, y ya estar pidiendo el remis de regreso, excusarme en un dolor estomacal y sumirme otra vez en la música sepulcral y hechizante de una muchacha lejana que escribe (y aterra, sutil). Y por supuesto llegar demasiado tarde, darle de comer a los gatos, poner sigur ros de fondo, inclinarme solo frente teclado, y en su ausencia escribir estas cosas.
Magia rara de una pocas palabras bien dichas.
11 comentarios:
Estar y no estar. Ser fantasma pero real. Ausente en la presencia y en la inercia. Lo has contado a la perfección.
Saludos.
La mística de una molestia inmediata es lo que prolonga la belleza del deseo por cumplir. En la promesa del reencuentro, de la palabra amiga, de la sonrisa del otro lado de la pantalla, es que lo espero. Lo divertido de las convenciones del tic-tac es que podemos adueñarnos de cuanto queramos, y luego entender, sólo una, sólo esta, el encanto de los dedos en el teclado y de la espera, del ansia que abraza. ¿Cómo es que con tanta facilidad dos almas pueden cruzarse, encontrarse, pensarse? Es lo bonito de la palabra poética que junto a lo coloquial supeditado a normas tontas nos hace humanos, nos hace vivos. Por qué no cercanos. Hasta luego.
Después de leerlo,quisiera hacer un comentario respecto a lo escrito pero no puedo...me quedé sin palabras,sin expresión,algo que me pasa no muy seguido con todo lo que leo a diario..Una descripción tan exacta que no podría agregarse más..Genial. Saludos!
a, no sé, no sé...creo que es un estado muy entendible. A mi me pasa todo el tiempo pero peor. Peor pq. yo ya no tengo al referente ausente. Sólo quiero huir pq. nada allí me anima. No me reconozco en nada.
Ni siquiera en un fantasma de otro tiempo.
Laura (una entelequia con piernas)
sol;
no sé en qué momento se decidió en mi, pero parece que me resulta vital dar palabras a la agonía de la espera.
gracias.
caleido;
por algún motivo, me dicen bastante eso. paralisis ante el comentario. y con eso se me sugiere la idea de bajar los comentarios. pero no sé, nunca concluyo. gracias, de todos modos, por acercar tus palabras. por tomarte el trabajo de decir esas cosas.
laura:
lo tuyo es puro hastío. que es totalmente entendible. me pasa todo el tiempo. solo que es una vez cada tanto cuando hay una excusa pertinente por la cual huir.
cómo va tu libro?
cuando venis?
belén;
no entiendo por qué motivo más personas han entendido ese texto.
y es fácil cruzarnos, encontrarnos, pensarnos porque el demonio de la casualidad trabaja sutilmente, y mantiene entre nosotros decenas de intercesores invisibles.
el verdadero sufrimiento empieza cuando nos es enseñado nuestro objeto de deseo, y al mismo tiempo éste es infranqueable, y sostiene su distancia.
a veces este sufrimiento se llama esperanza.
otras, literatura.
pero las veces más sinceras simplemente duele, con intervalos de insoportable ansiedad.
el libro está entrando a la imprenta esta semana y supongo que la presentación será a finales de julio, ppios. de agosto.
haré un esfuerzo por cruzar hacia octubre, mes de mi cumpleaños. Los regalos en efectivo, supongo, me ayudarán con pasaje y estadía.
bss!
Laura
Más de una persona puede entenderlo, pero no cualquiera puede sentirse dueña. Es la esperanza, pero las más veces es la literatura la que hace al sentido de la totalidad, porque mientras tanto, cargo con mi espíritu avejentado en este nuevo aniversario que se me acerca. Ya no lo se, ya mi cabeza funciona demasiado rápido, ya siento que el tiempo ha dejado de ser, para ser tan sólo las otras cosas. El compromiso, quizá, que una mantiene con la realidad. Deberíamos de tomar un café, sin duda, pero esperame, al menos vos a mí, una semana más para eso. Luego mi tiempo será de la entrega al placer, de la consolidación de lo que en la fantasía no posee límites, nitidez física, o de dormir, supongo que también. Disfruto escribirte, pero no disfruto pensar que en algún punto ambos podamos estar haciendo del otro la perfecta propia idea (y con perfecta quizá exagero). Pero así estamos, con el apetito de que aquel objeto de puede ser de muchas cosas, cobre forma, más no sea, cercana. Uno de esos grandes besos.
laura;
si es un best seller el café lo pagás vos.
la danza de la espera nunca mejor dibujada.admirable.-
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