Me paré para bajar, pero me distraje y dejé pasar cuadras (y tiempo entrelazado con las cuadras en una singular danza transparente) sin tocar el timbre. El colectivo siguió y ni siquiera presté atención al camino, como para desandarlo. Otro hombre tocó timbre, y bajé detrás de él. Un pelado. ¿Y cómo voy a hacer para ir a donde tengo que ir?, le pregunté. ¿Dónde tenés que ir, flaco?, me preguntó. No me gusta cuando me responden con una pregunta. Mucho menos cuando no sé la respuesta. Coherente con la incertidumbre que crecía en mí, le respondí: no sé. No sé donde es. Sólo sé llegar desde donde partí. Ahora, que me pasé, no sé cómo volver.Que pena, dijo el pelado. Casi le iba a decir: ¿acaso no es toda la vida así? Pero antes aprovechó y me robó la billetera. Noté de inmediato que en este barrio no había mucha simpatía por los problemas kafkianos.
6 comentarios:
Hasta exactamente la mitad. Hasta "Mucho menos cuando no sé la respuesta" me gustaba. Luego se vuelve muy Doliniano, un poco trillado (y no es que me crea autoridad para hablar de chicles). Sin embargo la primera parte tiene un lindo color.
Es posible.
Acaso haya escritores con diversas condiciones. Y mi atributo no sea otro salvo más o menos lograr buenos problemas iniciales, que abandono o malogro.
hay escritores de finales, de descripciones, de detalles secundarios, de diálogos, de sensaciones, etc. a mí me quedan los principios.
salú
No me venga con esas. Eso es mentira y usted lo sabía mientras lo estaba escribiendo.
y ahora debret se hace el que escribe más o menos. qué chanchada de hipocresía! deje la humildad para los que no tienen otra cosa, y usted preocupesé por lustrar su arma
Usted bien sabe, señorita,como alguien que ha mantenido un blog por casi 15 minutos, que en un espacio como este no todo ha de ser trascendente. Es preciso labrar puentes entre los textos densos, souvenirs, cosas más leves y pasajeras, y sobre todo cosas breves.
usted sabrá que el lector de blogs no tolera los textos largos. de vez en cuando, es necesario dejar algo distractivo y pequeño, un separador, un respiro.
ha esa categoría remite este texto.
el tiempo, mondrian, va humediciendo las municiones. mi arsenal, desatendido en un rincón de no sé donde, se amarillenta y declina poco a poco su virilidad.
saludos
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