29.6.09

nueva editorial

*

gacetilla

Casi nunca me parece que abrir una editorial sea una noticia que participe de la nobleza. Por lo general, siento que contribuye a multiplicar la confusión y el mal gusto. Confesemos: son tan pocos los que escriben algo que significará para alguien al menos un poco de placer (alguien, por supuesto, que no sea un iletrado permanente). Y las editoriales pequeñas suelen simplemente reunir un par de amiguetes que se publican entre ellos, en un circuito de autolegitimación poco interesante. Pero, esta vez, no solamente eso. Puesto que esta editorial realmente es muy pequeña y sus intengrantes son bastante misántropos, existe la vaga chance de que un texto lumínico y fuerte alcance difusión. Justamente, el azar ha tolerado la publicación de un poeta amigo, que ha tenido a bien acercarme un digno libro de poesía, rarísima gema en un género tan abusado y vilipendiado estos días. La reciente y prometedora editorial DEVERET ha publicado un intenso libro de poesía de Carlos Rey titulado "Cavidades", que a su vez ha ejercido el descaro irresponsable de incluir un poema dedicado a Debret (moi), y que por motivos lindantes a la amenaza, estoy obligado a reproducir en este espacio (que como bien se sabe, no suele incluir publicidades ni gacetillas de ninguna índole). Cedo el paso a este poema, a modo celebratorio de un nuevo emprendimiento cultural. Y desde ya, si algún lector posee el vicio de la escritura y ha dado con un texto que siente que merece publicación, rompalo de inmediato, y luego prendalo fuego. Si sobrevive a todo esto, sientase libre de enviarselo a esta nueva editorial, donde será minuciosamente examinado hasta que de tal escrutinio quede nada y algo de polvo y etc.




FLATUS VOCIS


Para Debret Viana


Tumba disecada de la fuente
de donde brota el poema
(no bebí)
A la carga del pensante,
las lunas,
sin remisión.
Raíz,
herrumbrosa,
en tinieblas hostigada
(no bebí)
Desfloradas las lobas
del deseo,
oh, nubes,
tan parecidas,
oh, agua,
albergada en la fuente
(no bebí)
-si al menos la nube
se arrimara,
junto al agua,
aquí,
cerca,
donde el poema alberga el deseo,
y la tumba y los huesos,
secos,
ruegan una vez más
por nacer,
sobre la tierra,
real,
única real,
en el punto central del cerebro
que despierta,
claro amanecer del despunte,
hurgando,
hasta lo profundo,
luz,
(no nacida)
parida en el ánimo
del sentimiento,
paladar,
paladar de la boca,
en lo lindero por salir,
en las glándulas gustativas
de lo no nacido que
bebe,
bebe del agua,
regada,
como bálsamo,
como noche,
en la tumba esforzada
que silencia lo acontecido,
disuelto lo venidero,
una vez,
y otra más,
escurrido de las manos,
lo nítido
prometido,
ya,
ya.
………
de alguien
que ha bebido.


Carlos Rey

***

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Serie de aclaraciones:
No, no se trata de la publicación de un texto mío. Se trata de un escritor y poeta amigo, Carlos Rey.
Tampoco es mi editorial, ni tiene ningún vinculo conmigo (salvo la amistad con uno de sus integrantes). Me son aun inciertas y misteriosas los motivos por el cual el nombre de la editorial tiene cierta similitud con mi nombre. Me inclino por la teoría de la parodia.

El libro está a la venta en Liberarte.
Por desprolijidades compartidas, no tengo la dirección exacta. Anda por Corrientes al 1500. De todos modos, por ahí arriba anda el link a la página de la editorial.

Resueltas las confusiones, volvamos al silencio.

22.6.09

sentimentalidad satelital


evasión,
regresión,
reversión.

Toda cosa que vaya para un lado irá con la misma furia hacia el otro. Acercarse es un proceso lento. Si no se respeta esa lentitud, el desvío, el desencuentro. Pasarán de largo quienes corran hacia el otro. La danza táctil, en el ritual de descubrir un cuerpo, deviene solo de la danza de las miradas entretejidas en el silencio del ansia agazapada. Consecusión sacra. La urgencia mueve hilos que trabajan para la postergación infinita. El suspenso es un rictus donde sedimenta la posibilidad de un roce (y, por posible: irreal). Aquello que se acercaba, se da a la lejanía. Ante la atracción: retracción. Verterse en el vértigo de la sensación próxima del otro es casi perderlo para siempre. El encuentro es una flor rara que ha de cultivarse entre cadencias serenísimas. De cada cuna apurada brota, de pronto, un monstruo. Todo exabrupto en el trámite de un contacto es sacrílego. Los pasos, como las palabras, deben ser en derredor del otro: satelitalmente; nunca hacia adelante: diagonales, perpendiculares: nunca líneas rectas: orbitar; todo paso a través de una línea recta resbalará indefectible por las nieves de lo desunido. El invierno de sí mismo sin el otro es el otro lado de la cama cada mañana desde mañana. A veces el otro sólo es la antesala de sí mismo. Solo puede darnos, antes de perderse o volverse estéril, la sensación de sí mismo. Y su sí mismo es el páramo donde declinan las expectativas de su cercanía. Lo real se repliega, mísero y mendigo, ante la potencia del imaginario. Quien cruce esa frontera, verá corroerse ante sí al objeto real, carcomido por la imagen de su proyección imaginaria defraudada. Lo imaginario rivaliza con lo real. Ante su doble (por ejemplo una mujer, y la misma mujer soñada, pensada, ansiada) el imaginario dispone de diminutos insectos, transparentes y rumiantes, que muerden diminutamente al objeto real. Muerden suavemente, y quien es atacado solo siente algo parecido a nada. Pero quien observa, ve claramente la modelación de una deformidad. Es sutil, pero inapelable. Amar, es siempre amar antes. Haber amado antes de que el otro postule su realidad. Urgidos, los tontos buscan que la realidad confirme (pronto, cuanto antes, ¡ya mismo!) la ilusión que urdimos con la incertidumbre del otro.

Según la velocidad, a veces basta verse una sola vez para parir el hastío. Es una simple matemáticas gravitacional. Pasado mañana, seguramente, la mecánica cuántica explicará estas cosas que hoy son apenas intuibles mediante el abuso de la literatura. Pareciera que el deseo del otro nos lleva hacia el otro como por un túnel inevitable, y de repente - estamos casi abriendo los brazos para contenerlo - ya lo perdimos: ha quedado atrás, inabordable, ajeno. Sentimos que hubo algo en el medio que se perdió. Pero no, no se perdió. Todo se pierde, a su tiempo. Y hay cosas que agonizan en su prólogo. Dignidad rara de un final en las primeras páginas, cuando las cosas parecían empezar. Lección platónica de no saber aun decapitar de un escopetazo a la ilusión que como un cáncer crece en los intersticios silenciosos de los días. Timidez terrenal de terminar viendo como enflaquece de frío en el cordón de la vereda, sola, una imagen venerada. Todo sueño cumple, eventualmente, el destino de volverse espectáculo agónico. Una imagen es una religión descartable.

&

¿Qué transpiran de noche los azulejos helados del lado de adentro de alguien que no concilia el sueño? Bueno: justamente eso: la sangre espesa que las cosas reales salpicaron sobre el sereno museo del imaginario; objetos pacificados en su estatismo de muerte ideal, cadáveres lábiles, santificados por sedas levísimas y tersos pinceles lacónicos - inocentes casi, de no ser por los rasguños que ostentan en la parte más nebulosa de su porte de apariencia, las uñas de la agonía de lo real.

16.6.09

sobre la conveniencia (e imposibilidad) de sostener una la lejanía franqueable

Baudrillard dice:

La seducción se consuma como mito, en el vértigo de las apariencias, justo antes de verificarse en lo real. "Todo es imagen, y yo soy mi propio mito pues, ¿no corro a este encuentro como a un mito?"

Yo pienso: estoy citando otra vez a Baudrillard. 
Síntoma de que estoy viejo. Releer incansablemente los mismos libros.
¿Viejo y pobre? 
Tal vez.

En otro capítulo, dice:

¿Hay que concluir que todo intento de seducción se resuelve o con el crimen del objeto, o con lo que es un matiz de lo mismo, con un intento de volver al otro loco? El encant que se puede ejercer sobre el otro, ¿es siempre maléfico? Acaso no es solo la represalia vengativa del hechizo que ejerce sobre uno?

Mi gato, Modigliani, se sienta sobre el libro y clausura toda posibilidad de seguir la cita. Supongo que finalmente lo que hace es justo: si no me interrumpieran factores externos, copiaría el libro entero. Ahora, estoy obligado a ejecutar el final. Improviso: 

- del mismo modo que tememos al otro, y en lugar de salir a buscarte me quedo en mi casa comiendo chocolate, y dejo para las ficciones que escribiré mañana las estrategias para acercarme porque existe el riesgo plausible de caer rendido ante vos, puro mito y puro objeto, porque seducir - disponer los signos de la seducción sobre el escenario, cercando al objeto- es en realidad ponerse a tiro, porque dar un paso en la estrategia de la seducción es estar ya seducido por el objeto que nos moviliza ("si te busco, si te sueño, si maniobro un plan para acerarme: ya soy tuyo, ya perdí"). 
Asi, del mismo modo, no querer trasponer los velos que te vuelven una ninfa nívea en las noches distantes donde a través de una ventana se vislumbran entrecortados los pliegues de una magia tontísima y encantadora, porque un paso en la dirección de tu verdad es claudicar todas mis apariencias, babélicas y felices, en la pedestre sentencia de mi realidad - en la que yo muero de frío, y soy un espectáculo francamente aburrido. Es necesario que pague con el peaje de mis máscaras. Sin ellas, valgo tan poco. En el privilegio de soñarte, es imperativo perderte. No es que vos no estés a la altura de mi sueño (tampoco sueño tan alto, pura literatura); es que yo no lo estoy: y si me acerco habré de dañarte también, y de herirte (porque ese es el destino de la belleza: ser aniquilada porque nunca se le puede devolver lo que da). Amar es tan mezquino: no desearte el bien, sino ser yo el único proveedor de tu dicha. Mientras tomás un café para soportar los libros de la facultad, o viajás en auto con la ventanilla baja, o suspirás en un momento cualquiera sin saber por qué, yo practico preservarte de mí.

Nick Cave diría:
So hold me and hold me, don't tell me your name
This morning will be wiser than this evening is
Then leave me to my enemied dreams
And be quiet as you are leaving this.
*

Pero todas esas cosas son cosas que se escriben. Del lado de acá, es difícil estar a la altura. Este es el lugar donde se pierde. El reverso del ideal. La arcilla indigna. Entrar en vos, sacrílego.