24.2.09

una observación sobre la posmodernidad

sutil elegancia del rehén

Un reloj: sitematización de la muerte. Corporización de los pasos de la muerte hasta mí, compás de la agonía, concretización de las huellas del enemigo invisible. 
Evanescencia. Lo que se pierde.

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Así al principio, claro. Cuando el invento no podía aun esconder su costo, su fase siniestra. Ahora, la era de la digitalización silencia todas las aristas de lo monstruoso (toda figura disimula su puñal) mientras entramos suntuosamente al banquete y nos colocamos, con sutil elegancia, sobre el plato.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Te encontré entre la multitud, y entre la multitud no siempre es fácil encontrar algo que valga más que la simple multitud. Ésto de las muchas puertas esta muy bien, más que bien. Pero en la muchedumbre, se pierde lo que vale entre lo mucho que cuesta. Por tanto, hallar tus palabras que dicen bastante (por no decir mucho, que siento haberlo ya dicho) es gratificante, y oxigenizante. Por eso escribí sobre éste blog. Te ha molestado?
(Soy de www.actualidadliteratura.com , donde comentaste al respecto del por qué del artículo)

Debret Viana dijo...

No, no me ha molestado. Para nada. Al contrario, me he sentido peculiarmente halagado. No es sencillo emprender el ejercicio de las letras con toda la sangre que se tiene (la manera más digna, por cierto), y cuando flaqueaba mi pluma fue amable leer esas palabras.
pero después te escribiré algo mejor por tus pagos.

un abrazo