8.4.05



Atardece la ciudad, sombra entre sombras, diminuta gema obsoleta. Yo supe alguna cosa en la grieta donde llegué a ver un momento del cielo. La perdí de la manera en que se dan los primeros pasos para seguir el curso de las horas.

6.4.05

starry night, munch (abyss i see)




Ejemplo de la tristeza

A mitad del poema "A volta da mulher morena", de Vinicius de Moraes, lo interrumpió el estruendo del teléfono. Era su amante. La que más profundo se había hundido en él. Esa vez hablaron cosas que se hablan. Cosas comunes, perdidas. En el vértigo de los días se fueron separando; se volvieron ajenos hasta diluirse. El viento ya borró sus caras, sus hábitos.

Pero

todavía, de siglo en siglo, él abre ese libro - como una religión - y empieza a leer, otra vez, el mismo poema, queriendo que no acabe aun (que no acabe siempre). Ansioso de una interrupción el segundero del abismo trastabilla, falsamente. A veces hay ecos, o sombras furtivas, o regresan imagenes ajadas de nostalgias antiquísimas, o es el viento, que hace gemir al silencio en la noche vasta, o el ardor del deseo, que hace temblar a las hojas tímidas de los arboles nocturnos - como pétalos de fiebre -; pero nada más.
Porque ya no queda nadie en el mundo.

4.4.05

the pillow book

Greenaway
una escena


El libro del amante siempre está escrito sobre un muerto.
A veces, sobre el cuerpo muerto del amante - su ausencia -.
...

Porque la escritura siempre empieza allí donde no estás (roland).

1.4.05

...
Eventualmente, habré de dejar mi cuerpo, como un cansado vestido, colgado en el perchero de lo efímero.
Mi alma es por ahora la que, cada mañana - al borde de salir al mundo - dejo bien doblada en los cajones del armario. No sea cosa que se me manche con lo trivial, y después me nieguen la entrada al banquete de lo eterno por pilchas harapientas.