19.8.11

Philip Roth de noche

Estoy en la cama, a oscuras. En la mesa de luz el celular que es también mi despertador. Y un libro de Roth que acabo de terminar. "the dying animal". Abrumador. Tanto, que en lugar de dormir, escribo esto. Y esto es poco, y casi nada. Porque aun no tengo lenguaje para digerirlo. Es Bello y es duro. Roth es quien mejor repone lo real. A mi lo real no me interesa. Pero está ahí, es importante. (dudé en poner importante entre comillas.) Roth dice lo real desde adentro. No sé si entiende las cosas. Pero al menos pasa por los problemas y detalles de la existencia. De esta existencia. Hoy. Acá. Y sus encrucijadas irresolubles. Ahora anidó una angustia en mi pecho. No sé si es una angustia nueva. Creo que venía cargandola hace mucho. Pero de soslayo. Era un murmullo nocturno que atribuía a una gotera, o al viento en la persiana, o al pelotudo de mi vecino de arriba, que frecuenta la producción de sonidos excéntricos a deshoras. Ahora la pena tiene carne. Y esa historia (pequeña, como toda historia verdadera) vive en mi. Sé que pensaré en ella, tantas veces más.

Ahora me queda ver la película.

-- Desde iPhone

1.8.11

wine in winter nights - apuntes


tuve que ejercer mi "derecho" al voto. eso, me predispuso mal para el resto del día. los medios de transporte estaban saturados. cinco bares traté antes de conseguir una mesa. y el frío: mi cuerpo doliente por la ciudad, acurrucado dentro del sobretodo negro. la democracia tiene sus agobios.

de madrugada me quedé solo. pringles de queso cheddar y vino tinto.
y "Atonement", de Ian McEwan.
y la impresión que me queda es: those beautiful corpses of what must had been.

la justicia literaria no restituye nada: es apenas una forma refinada de tristeza.

tal vez el deber de la literatura sea contar todas las historias que empezaron a ser y no fueron.
la realidad fragua las tramas: las deshace, las desmenuza, las desvía: todo queda inconcluso: la realidad misma es - por definición - lo inconclusivo.
la literatura está ahí tal vez para paliar ese defecto: narrar las tramas que latentes, murieron jóvenes, que apenas principiado el prólogo, se extraviaron.
yo no sé bien para qué está la literatura. y como no lo sé, tengo muchas teorías. sea como fuese, esta labor es mucho más digna que hacerse cargo de lo que ya es, de lo que ha sido.

la ficción tiene el pulso de lo que no llegó a ser.

son las cuatro de la mañana. probablemente tomé demasiado vino. es momento de aceptar que la literatura no va a cambiar las cosas.

la realidad es espantosa y es irreversible. la literatura no nos va a salvar.
pero nuestro imaginario es precioso, y codificado estéticamente (es decir: literatura) bien puede poner poéticamente las cosas en su lugar mientras realmente, las cosas se pierden, se rompen y no hallan su lugar.

  (acaso eso sea la poesía: poner las cosas en su verdadero lugar, en el lugar que la realidad no logró:
así como un poema es dar con las palabras inevitables)

no no no: no se trata de los mundos alternativos o paralelos.
el poeta es aquel que percibe lo que debió pasar allí donde no pasó.

no lo que pudo pasar. narrar lo que pudo pasar tiene bastante de pedantería.
sin embargo, reconocer lo que debió pasar, dar con el instante donde lo que muere insinúa la savia de su realización: allí hay algo. algo sagrado, seguramente. y también algo demiúrgico, algo prometeico. anyway: algo que vale la pena. una forma de justicia. si el mundo no nos corresponde, que la ficción lo ajusticie.

- cuando yo haya muerto solo y de hambre, que alguien en la ficción haga que el amor de mi vida que nunca conocí, o conocí y traspapelé y perdí, me cocine un omellette imaginario.-

la ficción es la Historia de las cosas que no fueron.
en lugar de compilar los hechos - como hace la Historia -, historiza el imaginario de la humanidad.
y nuestri imaginario
es lo único
por lo que merecemos
ser
juzgados.
es lo único que
llegado el caso
nos absolverá.

a t o n e m e n t

pocas veces un título tan bien puesto.