7.7.10

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Releyendo un libro que me han regalado recientemente (el mío, comprado allá por la temprana adolescencia en versión baratísima de calle Corrientes, ha de estar sepultado por otros libros en la desprolija biblioteca e inhallable) un poco recupero el goce inicial de la primeras lecturas - sólo un poco: ahora no tengo más remedio que leer con todo lo que he sido y pensado y perdido - pero luego, anclado en el sillón blanco de la habitación pienso en el tiempo, y cómo los imaginarios de cada época actualizan los temas que nosotros, porque somos breves, sentimos eternos. Lejos de tener el suficiente apetito como para esbozar un ensayo donde desarrollar mi modesta idea de entretiempo de España-Alemania, me contento con identificar un ejemplo, y dejar que él hable por mí. 

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Los beneficios de la luna

La luna, que es el capricho mismo, se asomó por la ventana mientras dormías en la cuna, y se dijo "Esa criatura me agrada".
Y bajó con suavidad por su escala de nubes y pasó silenciosa a través de los vidrios. Se acostó sobre ti con la ternura flexible de una madre, y ardió sus colores sobre tu rostro. Tus pupilas se pusieron verdes, y las mejillas extraordinariamente pálidas. Al contemplar a esta visitante tus ojos se agrandaron extrañamente, y ella te oprimió con tal delicadeza la garganta que te quedó para siempre el deseo de llorar.
Sin embargo, en la expansión de su gozo, la luna poblaba todo el cuarto como atmósfera fosforescente, como veneno fúlgido; y esta vívida luz pensaba y decía: "¡padecerás eternamente el influjo de mi beso. Serás bella a mi manera. Amarás lo que amo y lo que me ama: el agua informe y multiforme; el sitio donde no estés; el amante que no conocerás; las flores monstruosas; los perfumes que provocan delirio; los gatos desmayados sobre los pianos y que gimen como mujeres, con voz ronca y suave!".
"Y serás amada por mis amantes, cortejada por quienes me cortejen. Serás reina de los hombres de ojos verdes a quienes cerré asimismo la garganta con mis caricias nocturnas; de los que aman el mar, el mar vasto, tumultuoso y verde; el agua informe y multiforme, el sitio donde no están, la mujer que no conocen, las flores fúnebres que se parecen a los incensarios de una religión desconocida, los perfumes que turban la voluntad, y los animales salvajes y voluptuosos que son emblema de su locura".
Y por ello, maldita, querida niña consentida, estoy ahora tendido a tus pies, buscando en tu figura el reflejo de la terrible divinidad, de la fatídica madrina, de la nodriza envenenadora de todos los lunáticos.

Charles Baudelaire, 
en Pequeños poemas en prosa.

- y / o -


Lunática

Luna, satélite conchudo de la tierra
yo no sé para que mierda, tanta vuelta
 sos la puta blanca de la noche negra
sos el blanco de las pajas
que se clava el corazón en desventaja
sos la eterna compañera
que ilumina y no visita mi catrera.


Luna, inútil barrilete de la tierra
porque ya no dejás las aguas quietas
rompés las bolas de los pescadores
sos el blanco de las pajas
de los que ni manotearon las rebajas
sos la eterna compañera
que no coge, ni calienta, ni la prueba.


Luna, farola perdedora de la noche
que envejecés haciéndote reproches
pintabas para reina y hoy ya ni mostrás las piernas
sos el blanco de las pajas
de los que se conformaron con migajas
sos la eterna compañera
a los que todos la cagan con cualquiera.



A 384 mil kilómetros de mí
es difícil mandarte a la mierda
caliente de día, de noche muy fría
adelgaza y engorda, ilumina y se borra
yo sé, cual es tu tipo de mujer



No me pidas el Sol mi amor
porque quema, quema como loco
no me pidas el sol mi amor
la Poronga es el Helado de los Crotos
ademas hasta allá en que mierda voy
no me deja ni un transbordador




Luna, te inventaron mil romances con el sol
mirá si te va a dar pelota a vos
soltera, solterona, que te abandonó tu cola
sos el blanco de las pajas
de los que ven como la hora se les pasa
sos la eterna compañera
que cada día que pasa es más fulera.





Luna, te hablo siempre en representación
de las turras que se portan como vos
siempre rodeada de estrellas, pero muy lejos de ellas
sos el blanco de las pajas
de los que antes que al amor miran la caja
sos la eterna compañera
de a los que la tentación los sermonea.




Luna, decime que carajo te creíste
si nunca fuiste mucho más que un chiste
sin gracia, ni talento, apostabas a tu esfuerzo
sos el blanco de las pajas
de los que se fueron rápido a barajas
sos la eterna compañera
de los que nunca se enamoran de rameras.




A 384 mil kilómetros de mí
es difícil mandarte a la mierda
caliente de día, de noche muy fría
adelgaza y engorda, ilumina y se borra
yo sé, cual es tu tipo de mujer / 
que estoy cansado de querer.


Zambayonny
en La Pendeja Puta Que Todos Llevamos Dentro 


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