El calor me recuerda que tengo un cuerpo. Enero, otra vez. Fue como parpadear. Evanescencia de las cosas, volatilidad del momento que, ensimismado a ese lábil grumo del tiempo, confundí conmigo y con el universo. Lo que queda de lo que pasa es tan poco, (tan etéreo, tan quimérico, tan tóxico) que siento el deseo, lánguido y lejano, como quien siente que sueña que la vida pudo ser de otra manera y sabe, con su lado despierto de sí mismo, que la belleza de soñar yace en su sublime inutilidad, en la gracia – un poco divina - de malograr el tiempo que pudo servir de algo, tal vez: así, el deseo de inscribir mi vida en la inmanencia de lo que se pierde, pasar con lo que pasa y no quedarme con lo que se queda, como se queda el polvo sobre las cosas quietas, que nadie necesita, que nadie busca, que nadie espera, sumidas en la lenta invisibilidad de la quietud.
6 comentarios:
desde la fisura de este silencio, un aplauso mudo, una mirada resquebrajada de sol que anota en mi silencionario una definición sin sinónimos para tus letras cocidas en este papel que no existe...
elultimorenglónesmio.
se saldarían las cuentas de mi melancolía, si cada cosa publicada trajera el eco de palabras como estas tuyas que acercas aqui.
además, silencionario es una palabra bellísima, un concepto bellísimo, que habré de usar pronto.
un saludo.
llena de belleza en los bolsillos de mi camisa transparente, me alejo y me acerco cada vez que visito esta especie de trepadora de plaza, donde cada barrote es un renglon tuyo y cada silencio, una sonrisa mia.
elultimorengloensmio
como almadelmundo, como vèrtebraagreste, como estampaúnica,
miro tus letras sin pestañar
pincho una nube con mispestañas,
entonces llueve...
elùltimoRenglónesmio!
Gabriela Jost
enero, sin duda alguna. enero debret, en la porfiada estanqueidad de bs. as, supongo
ok gabriela. he de escribir al menos para dejes algo por aquí. sutil caricia de un silencio habitado.
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laura:
es parecido en casi todas partes.
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